sábado, 28 de octubre de 2017

Analizando: "Final Fantasy X"







Final Fantasy X

Uno de los juegos de los que tengo un mejor recuerdo es, sin duda, Final Fantasy X. La cantidad de horas que le metí en mi temprana adolescencia fueron incontables, y si mal no recuerdo, una de las numerosas partidas que tuve alcanzo las 192 horas (cosa que en su día, me pareció una barbaridad). Recuerdo como mi padre me dejo faltar a clase el día de su salida para ir a la a la ya desaparecida Centro Mail de mi ciudad a por él, y de cómo esa tarde entera la pase jugando con mis amigos.
Cuando adquirí la PsVita, uno de los juegos que tenía claro que quería jugar en ella fue al remake de este Final Fantasy X. Veamos qué tal le han sentado los años al que dicen fue el último gran Final Fantasy.

De vuelta a Spira.

Como todo buen RPG de corte oriental, la historia que cuenta este es un pilar fundamental del videojuego. La historia está muy bien llevada y sabe dejarte con ganas de saber que va a pasar, con unos villanos a la altura de las circunstancias (como Seymour y Sinh) y unos protagonistas que van de menos a más. Curiosamente, al principio de la historia y durante bastante parte del juego, me encontré con que los protagonistas de la historia eran bastante insoportables. Wakka me pareció horrible, y Lulú con su actitud me pareció muy cargante. Con el que más me identifique fue con Auron, porque parecía estar arto de los estúpidos niñatos a los que acompañaba. Por suerte, estos personajes van evolucionando gracias a las vivencias que tienen junto a Yuna y Tidus, y hacia el final del juego ves que no tienen nada que ver a cuando los conociste. Quizás Wakka sea quien experimenta el cambio más brusco, y menos mal porque al principio es un cliché insoportable.


Mención aparte merecen la pareja protagonista, Yuna y Tidus. Y es que Tidus me ha parecido uno de los peores protagonistas que he visto en un videojuego. No entiendo porque no hicieron a Yuna la protagonista, porque esta es claramente su historia, es su peregrinaje para acabar con Sinh. Un peregrinaje que le lleva a hacer y cuestionar cosas que ella jamás habría imaginado. Me habría encantado vivir esta historia desde la perspectiva de Yuna. Tidus esta ahí, sin enterarse muy bien de cómo van las cosas en Spira (cosa que aprovechan hábilmente para explicarle el mundo al jugador), y tiene su papel en la historia, pero podría haber hecho lo mismo, exactamente igual, siendo un personaje secundario. Una lástima.

El largo pasillo hacia la victoria.

Una de las cosas que más me sorprendió de este Final Fantasy X fue darme cuenta de que el juego en sí, es un pasillo con la exploración muy limitada. En la esquina superior izquierda tendremos un mapa del escenario, aunque no habría hecho falta porque el juego no tiene perdida. Tiene sentido dentro de la historia, porque los protagonistas están acompañando a Yuna a través de un peregrinaje, y tiene sentido que vayan por los escenarios en un orden concreto. Pero podrían haber abierto un poco más los escenarios para dar una mayor sensación de libertada y dejar al jugador explorar los escenarios. Al final todo se resumen en ir del punto A al punto B en un camino recto e ir luchando con los distintos enemigos. Me llama la atención lo mucho (pero muchísimo) que se le critico este mismo aspecto a Final Fantasy XIII y como se le perdona a este Final Fantasy X, cuando son los dos igualmente pastilleros. Justo al final del juego, cuando consigues el clásico barco volador, el juego se abre un poquito más, pero no creo que sea suficiente.

El sistema de combate es el clásico en la saga, que deja de lado el sistema ATB (Action Time Bar) para pasar a ser un juego por turnos puro. Los personajes no tienen un oficio como tal, pero cada uno de ellos tiene una tarea muy concreta dentro del combate (a excepción de Kimahri). Wakka se encarga de los enemigos voladores, Lulu se encarga de la magia negra, Yuna de la magia blanca y las invocaciones (espectaculares todas ellas), Rikku es la ladrona del equipo, Tidus se encarga de los enemigos rápidos, Auron se encarga de los enemigos blindados y Kimahri….bueno, Kimahri no es especialmente bueno en nada pero a la vez puede servir para todo.


El que cada personaje tengo un papel muy específico en el combate hace que la estrategia del mismo se quede en saber que personaje es bueno frente a qué enemigo…y ya. En combate tendremos a tres personajes, pero podremos cambiar entre los cuatro de relevo en cualquier turno sin penalización ninguna. Y ese es el mayor problema de estos combates. Al no existir penalización por cambiar un personaje por otro, da igual el personaje que lleves, lo cambias por el que es bueno para ese combate y listo, no dejando espacio para la planificación y la estrategia.

El desarrollo de los personajes deja de lado el característico sistema de subida de niveles a favor de un sistema de “tablero”. Con los combates, ganaremos experiencia y esferas de distinto tipo. Esta experiencia nos otorgará “unidades de desplazamiento” que nos permitirán ir moviendo a nuestro personaje por los distintos nodos del tablero, y en algunos de estos nodos podremos usar distintas esferas. Con estas esferas conseguiremos mejoras en las características de nuestros personajes e ir desbloqueando habilidades. Este sistema puede ser algo lineal, y por eso el juego nos dejara elegir al principio de la partida si jugamos con el tablero básico (con el camino inicial de todos los personajes definido….a excepción de Kimahri, una vez más) o con el tablero avanzado (con los caminos de los personajes mucho más abiertos).


Todas estos aspectos hacen que el juego sea ideal para alguien que se inicia en el género del RPG, ya que se siempre se encontrara más o menos “guiado” por el juego. Y para el jugador mas experto sigue siendo un juego muy divertido y dinámico.

Spira, un mundo lleno de actividades.

Uno de los aspectos más sobresalientes de Final Fantasy X es la cantidad abrumadora de tareas secundarias y minijuegos que trae. Entre ellos destaca, sin lugar a dudas, el minijuego del Blitzbol. El Blitzbol se convierte casi en juego dentro del propio juego, y aunque al principio cuesta hacerse con él, después de un par de partidos a esta curiosa mezcla de waterpolo y futbol estaremos pasándolo en grande fichando jugadores y ganando partidos. Pero la cosa no queda ahí, y es que además tenemos numerosísimos minijuegos más sencillos. Estos minijuegos nos darán jugosas recompensas, y si conseguimos dominarlos al 100%, nos permitirán acceder a las mejores armas de los personajes, las “Armas de los 7 Astros”. Si además le sumamos vencer a los eones oscuros, capturar y conseguir todas las creaciones del campo de entrenamiento y vencer a todos los jefes secretos, Final Fantasy X se convierte en uno de los juegos más largos de toda la saga. Pasarte la historia principal puede llevarte unas 40-50 horas, pero si decides sumergirte en las tareas opcionales esta puede perfectamente irse a las 200 horas. Ya depende del tiempo que quiera dedicarle cada jugador.

En resumen, Final Fantasy X es un grandioso RPG, ideal para iniciarse en el género y capaz de divertir a los más experimentados. Cualquiera con un interés mínimo en este tipo de juegos debería dejarse maravillar por el viaje de Yuna a través de Spira.

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