Final Fantasy X
Uno
de los juegos de los que tengo un mejor recuerdo es, sin duda, Final Fantasy X.
La cantidad de horas que le metí en mi temprana adolescencia fueron
incontables, y si mal no recuerdo, una de las numerosas partidas que tuve
alcanzo las 192 horas (cosa que en su día, me pareció una barbaridad). Recuerdo
como mi padre me dejo faltar a clase el día de su salida para ir a la a la ya
desaparecida Centro Mail de mi ciudad a por él, y de cómo esa tarde entera la
pase jugando con mis amigos.
Cuando
adquirí la PsVita, uno de los juegos que tenía claro que quería jugar en ella
fue al remake de este Final Fantasy X. Veamos qué tal le han sentado los años
al que dicen fue el último gran Final Fantasy.
De
vuelta a Spira.
Como
todo buen RPG de corte oriental, la historia que cuenta este es un pilar
fundamental del videojuego. La historia está muy bien llevada y sabe dejarte
con ganas de saber que va a pasar, con unos villanos a la altura de las
circunstancias (como Seymour y Sinh) y unos protagonistas que van de menos a
más. Curiosamente, al principio de la historia y durante bastante parte del
juego, me encontré con que los protagonistas de la historia eran bastante
insoportables. Wakka me pareció horrible, y Lulú con su actitud me pareció muy
cargante. Con el que más me identifique fue con Auron, porque parecía estar arto
de los estúpidos niñatos a los que acompañaba. Por suerte, estos personajes van
evolucionando gracias a las vivencias que tienen junto a Yuna y Tidus, y hacia
el final del juego ves que no tienen nada que ver a cuando los conociste. Quizás
Wakka sea quien experimenta el cambio más brusco, y menos mal porque al
principio es un cliché insoportable.
Mención
aparte merecen la pareja protagonista, Yuna y Tidus. Y es que Tidus me ha
parecido uno de los peores protagonistas que he visto en un videojuego. No
entiendo porque no hicieron a Yuna la protagonista, porque esta es claramente
su historia, es su peregrinaje para acabar con Sinh. Un peregrinaje que le
lleva a hacer y cuestionar cosas que ella jamás habría imaginado. Me habría
encantado vivir esta historia desde la perspectiva de Yuna. Tidus esta ahí, sin
enterarse muy bien de cómo van las cosas en Spira (cosa que aprovechan
hábilmente para explicarle el mundo al jugador), y tiene su papel en la
historia, pero podría haber hecho lo mismo, exactamente igual, siendo un
personaje secundario. Una lástima.
El
largo pasillo hacia la victoria.
Una
de las cosas que más me sorprendió de este Final Fantasy X fue darme cuenta de
que el juego en sí, es un pasillo con la exploración muy limitada. En la
esquina superior izquierda tendremos un mapa del escenario, aunque no habría
hecho falta porque el juego no tiene perdida. Tiene sentido dentro de la
historia, porque los protagonistas están acompañando a Yuna a través de un
peregrinaje, y tiene sentido que vayan por los escenarios en un orden concreto.
Pero podrían haber abierto un poco más los escenarios para dar una mayor
sensación de libertada y dejar al jugador explorar los escenarios. Al final
todo se resumen en ir del punto A al punto B en un camino recto e ir luchando
con los distintos enemigos. Me llama la atención lo mucho (pero muchísimo) que
se le critico este mismo aspecto a Final Fantasy XIII y como se le perdona a
este Final Fantasy X, cuando son los dos igualmente pastilleros. Justo al final
del juego, cuando consigues el clásico barco volador, el juego se abre un
poquito más, pero no creo que sea suficiente.
El
sistema de combate es el clásico en la saga, que deja de lado el sistema ATB
(Action Time Bar) para pasar a ser un juego por turnos puro. Los personajes no
tienen un oficio como tal, pero cada uno de ellos tiene una tarea muy concreta
dentro del combate (a excepción de Kimahri). Wakka se encarga de los enemigos
voladores, Lulu se encarga de la magia negra, Yuna de la magia blanca y las
invocaciones (espectaculares todas ellas), Rikku es la ladrona del equipo,
Tidus se encarga de los enemigos rápidos, Auron se encarga de los enemigos
blindados y Kimahri….bueno, Kimahri no es especialmente bueno en nada pero a la
vez puede servir para todo.
El
que cada personaje tengo un papel muy específico en el combate hace que la
estrategia del mismo se quede en saber que personaje es bueno frente a qué
enemigo…y ya. En combate tendremos a tres personajes, pero podremos cambiar
entre los cuatro de relevo en cualquier turno sin penalización ninguna. Y ese
es el mayor problema de estos combates. Al no existir penalización por cambiar
un personaje por otro, da igual el personaje que lleves, lo cambias por el que
es bueno para ese combate y listo, no dejando espacio para la planificación y
la estrategia.
El
desarrollo de los personajes deja de lado el característico sistema de subida
de niveles a favor de un sistema de “tablero”. Con los combates, ganaremos
experiencia y esferas de distinto tipo. Esta experiencia nos otorgará “unidades
de desplazamiento” que nos permitirán ir moviendo a nuestro personaje por los
distintos nodos del tablero, y en algunos de estos nodos podremos usar
distintas esferas. Con estas esferas conseguiremos mejoras en las características
de nuestros personajes e ir desbloqueando habilidades. Este sistema puede ser
algo lineal, y por eso el juego nos dejara elegir al principio de la partida si
jugamos con el tablero básico (con el camino inicial de todos los personajes
definido….a excepción de Kimahri, una vez más) o con el tablero avanzado (con
los caminos de los personajes mucho más abiertos).
Todas
estos aspectos hacen que el juego sea ideal para alguien que se inicia en el
género del RPG, ya que se siempre se encontrara más o menos “guiado” por el
juego. Y para el jugador mas experto sigue siendo un juego muy divertido y
dinámico.
Spira,
un mundo lleno de actividades.
Uno
de los aspectos más sobresalientes de Final Fantasy X es la cantidad abrumadora
de tareas secundarias y minijuegos que trae. Entre ellos destaca, sin lugar a
dudas, el minijuego del Blitzbol. El Blitzbol se convierte casi en juego dentro
del propio juego, y aunque al principio cuesta hacerse con él, después de un
par de partidos a esta curiosa mezcla de waterpolo y futbol estaremos pasándolo
en grande fichando jugadores y ganando partidos. Pero la cosa no queda ahí, y
es que además tenemos numerosísimos minijuegos más sencillos. Estos minijuegos
nos darán jugosas recompensas, y si conseguimos dominarlos al 100%, nos
permitirán acceder a las mejores armas de los personajes, las “Armas de los 7
Astros”. Si además le sumamos vencer a los eones oscuros, capturar y conseguir
todas las creaciones del campo de entrenamiento y vencer a todos los jefes
secretos, Final Fantasy X se convierte en uno de los juegos más largos de toda
la saga. Pasarte la historia principal puede llevarte unas 40-50 horas, pero si
decides sumergirte en las tareas opcionales esta puede perfectamente irse a las
200 horas. Ya depende del tiempo que quiera dedicarle cada jugador.
En
resumen, Final Fantasy X es un grandioso RPG, ideal para iniciarse en el género
y capaz de divertir a los más experimentados. Cualquiera con un interés mínimo
en este tipo de juegos debería dejarse maravillar por el viaje de Yuna a través
de Spira.
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